La historia de la asociación va íntimamente ligada, como no podía ser de otro modo, a la historia de la llegada de la Congregación Salesiana a Palma del Río, y de la fundación de la Obra Salesiana en nuestro pueblo.

En 1.960 se ponen las bases para la construcción en Palma del Río de un Colegio Salesiano. Dña. Juana Gamero Cívico dona 80.000 metros cuadrados de un terreno situado en la zona conocida como PRODESA.

Esta señora hizo la donación a los salesianos en la persona de D. Agustín Benito Pérez, provincial de la Inspectoría de Santo Domingo Savio. Aportaciones públicas y privadas permitieron la construcción de un moderno centro de Enseñanza Básica y posteriormente de Formación Profesional, a la que contribuyó con una cantidad importante para el abastecimiento de los talleres, Manuel Benítez “El Cordobés”.

Este Centro contó con una infraestructura escolar y deportiva superior a todos los centros de la ciudad y potenció las actividades lúdicas de muchos jóvenes palmeños, fueran o no alumnos del Colegio.

El Colegio Salesiano “San Luis Rey” se inaugura el 16 de Septiembre de 1.963, con la llegada de los primeros salesianos. Comenzó con los Primeros de Enseñanza, Ingreso y Bachillerato. Ya se preparaba también la Formación Profesional y Casa de Aspirantado para Coadjutores Salesianos unos 25 lo que daba un total de 264 alumnos.

La primera comunidad (63 –64) estuvo integrada por los siguientes salesianos:

• Luis Hernández Casado (Director).
• José Mª Izquierdo Pérez (Prefecto).
• Antonio Zurita Luna (Consejero).
• Francisco Ureña Arroyo (Catequista).
• Manuel Vega Santos (El motero del Oratorio).
• Rafael López Rubio (Coadjutor).
• Francisco Rubio Guillén (Clérigo).

Empezaron con la alegría, la ilusión y el entusiasmo típico salesiano, conscientes de que los comienzos siempre son humildes y pobres (el señor  Inspector entregó al nuevo Director 10.000 pesetas de entonces, unos 60 euros en la actualidad, todo esto para empezar) y difíciles.

Al principio no había luz, ni agua potable, ni sillas, (los salesianos usaban las cajas de naranjas como asientos, hasta que se las proporcionaron desde el Colegio de Posadas), ni cocina, ni los servicios más esenciales, se come de fiambre. Eso si, albañiles por todas partes, y además muy enfadados porque sonaba cada vez con más fuerza la quiebra de la empresa constructora ALMEDI. No faltaron invitaciones a comer de las familias vecinas, como las de Federico Fuentes, Julio Higueras o Currito Atanasio, por resaltar algunas.

Transcurridos los dos primeros cursos llenos de dificultades, el director D. Luis Hernández es nombrado Vicario Inspectorial, con sede en Córdoba. Como el cargo era de nueva creación, hasta que se le asignan sus cometidos y funciones, queda en Palma un año más, que él dedica en cuerpo y alma a la terminación de la Iglesia y el Teatro, con la inestimable ayuda de Dña. Enriqueta Moreno de la Cova, de las que sólo existían las estructuras de hormigón armado, el techo y un cerramiento de 2 metros de altura.

Comenzando la andadura del colegio, paralelamente, empieza a gestarse la fundación de la Asociación de María Auxiliadora, estando las primeras actas de constitución firmadas en el año 1964.

Finalmente, el altar mayor de la nueva Iglesia de María Auxiliadora se consagra con gran solemnidad por el Señor Obispo de Córdoba, Monseñor D. Manuel Fernández-Conde y García del Rebollar en el año 1966, asistido por el director del Colegio, D. Rafael Moreno, y el administrador, D. Manuel Manso. Actúa el Coro del Teologado Salesiano de Posadas.

Cada 24 de mayo, la imagen de María Auxiliadora ha posesionado por las calles de su barrio.